La vecina de Bulit es la oveja Karmelia, una niña prodigio. Es hija única de una familia de ovejas, sufre esclerosis múltiple muy avanzada y solo puede mover algunos músculos del tren superior, lo que le permite manejar el ordenador que va acoplado a su silla de ruedas, que está “customizada” e incorpora altísima tecnología desarrollada por ella misma.
Se comunica a través del ordenador de su silla, gracias a un lector virtual con voz robótica al que obliga a decir auténticas burradas. Si el receptor de la barbaridad se ofende, lo achaca a un “error de traducción del sistema”.